Recuerdo que
en mi época escolar primaria había un profesor llamado D. Apolín, enseñaba dibujo,
era mi curso preferido, lamentablemente solo 45 minutos a la semana. Después en
secundaria había para escoger entre música o pintura, también 45 minutos cada
semana, elegí pintura. Siempre pensé que una vez por semana era demasiado poco
para un curso tan lindo. Mis compañeros hombres tenían mejor suerte pues ellos
podían integrar la Banda de Guerra del colegio; hubiera matado por tocar la
lira, tarola, saxo o cualquiera de los instrumentos que me llamaban tanto la
atención pero la banda era de integrantes exclusivamente hombres. Así era y
punto, qué horrible…!
Durante mi
época escolar era un poco frustrante el hecho de que dure tan poco el curso de
arte y no comprendía la importancia del mismo (de mas está decir que era la
última rueda del coche si se comparaba con los cursos regulares), muchos años
más tarde lo entendí y lamenté su paso tan corto mas no inútil en mi formación.
A lo que voy
es a que si se enseñara a los niños a
apreciar la belleza desde los primeros años, si en los colegios nacionales y
algunos particulares se le diera la importancia que se merece al curso de Educación
Artística (en sus diferentes disciplinas) y se enseñara desde los primeros años
con una currícula coherente y adaptada a cada región de nuestro país (con
profesores capacitados por supuesto), se formarían hombres y mujeres con un
alto sentido de sensibilidad, de humanidad, seríamos una sociedad donde las personas se
preocuparían de las personas, de su entorno, de la naturaleza.
Algunos
podrán decir que es tarea de las familias el desarrollar la sensibilidad en los
más pequeños. Vamos, seamos realistas, en un país donde las familias disfuncionales
van in crescendo, sumado a esto,
vivimos en una época de consumo chatarra: usar y botar, la sociedad nos acostumbra a la inmediatez y
muchas veces al producto mal hecho. No podemos pensar que los niños crecerán
con un alto sentido de compasión y humanidad, de hecho habrá uno que otro con
estas características pero serían casos aislados. Si las familias no están en la capacidad de
desarrollar la sensibilidad como valor o cualidad humana, entonces el colegio
debe brindarla o complementarla a través del curso de Educación Artística que no
debe ser limitado a una o dos horas por semana, claro está.
Cómo podemos
acaso pensar que somos una sociedad civilizada, respetuosa, tolerante, si no
somos capaces de apreciar la belleza de lo que nos rodea? Eso es lo que el arte
en sus diferentes disciplinas logra: conmovernos, asombrarnos, recordarnos
nuestra esencia humana. Aceptemos que el arte es una necesidad esencial al
hombre.
Una sociedad
que le da la espalda al arte está condenada a la deshumanización. Así de
simple.